
Como su nombre lo indica, queda abarcando parte del templo que construyera el Obispo Fray Jerónimo De Loayza en 1539.
Esta plaza tiene una leyenda muy interesante, cuentan las consejas cartageneras que cuando estaba por terminarse la torre de la iglesia, el Diablo no quería que lo torre se levantara, y un día apareció en la plaza y dando un soberbio brinco se agarró del borde principal de la torre, la sacudió violentamente y no pudo derribarla; desde entonces el vecindario asegura que quedo torcida.
En dicha plaza había un pozo donde las comadres tomaban el agua para sus quehaceres pero dicen que el Diablo al darse cuenta que no podía echar contra el suelo la bendita torre de un salto cayo al suelo y las aguas tomaron un sabor a azufre y fue necesario condenarlo.
Para el año de 1915, el ayuntamiento ordenó colocar una placa y levantar la estatua (la cual se encuentra en el llamado Parque de los Leones en el Pie de la Popa) al Doctor Joaquín F. Vélez, pero años más tarde pudo constatarse que el lugar era inadecuado por la estrecha de la vía.
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